Victoria León (Sevilla, 1981), es una de las escritoras revelación del momento, su poesía inspirada en autores como Bécquer, Los Machado, Dante, Goethe y Luis Cernuda, su poesía lírica es como un susurro, una confidencia secreta que se descubre en cada verso, un mundo de donde la realidad está escondida pero no oculta donde el amor y la muerte juegan un papel fundamental para enseñarnos que la vida es sentimiento.

Sobre su trayectoria como escritora:

<<-¿Cuándo comenzó a escribir poesía? -Muy pronto. Apenas adolescente. El descubrimiento de la poesía siempre conlleva, supongo, ese deseo de imitación de lo que se admira. Se empieza a escribir imitando a los poetas que nos deslumbran y que nos revelan la vocación. Pero mi aprendizaje como poeta tardó mucho en completarse. Tenía 38 años cuando publiqué mi primer libro de poemas en 2019. No me sentí preparada hasta entonces.

-Qué le inspiró a convertirse en escritora? -El deseo de escribir y la fascinación por los libros es uno de los recuerdos más antiguos que tengo. Mi abuela materna fue una gran lectora que siempre sintió una enorme admiración por el oficio de escritor y alguien que influyó mucho en mi primera infancia. Es muy probable que como herencia o como inspiración ella estuviera detrás del primer impulso.

-¿Cómo influye su ciudad natal, Sevilla, en su poesía? -Sevilla, o al menos la Sevilla más visible y exterior, no tiene una presencia explícita en mi poesía, pero aun así creo que la ciudad es parte esencial de ella como lugar que ha sido el escenario de la mayor parte de mi vida y de mi formación. Aunque la mía sea una Sevilla mucho más invisible y oculta, es la que me ha dado la oportunidad de entrar en contacto con una extraordinaria tradición de poetas (la “Escuela de Sevilla” la han llamado algunos), que se remonta al Siglo de Oro y, pasando por Bécquer y Los Machado, llega hasta las generaciones más inmediatas y a mis maestros más directos. Y también la que me ha permitido conocer a personajes de enorme valía humana e intelectual en muchos ámbitos (la literatura, el arte, el derecho, el periodismo) y forjar vínculos de amistad que me han marcado para siempre.

Portada de su último libro, Flores de Fuego

-¿Cuáles son sus principales influencias literarias? Es una pregunta difícil de responder porque han sido muchas y no siempre las mismas. Desde muy joven me han fascinado la Divina Comedia de Dante y el Fausto de Goethe. El poeta que más tempranamente influyó en mi vocación y al que nunca he dejado de volver es Luis Cernuda.

-¿Cómo describe su estilo poético? -Siempre me he propuesto como objetivo hacer de la lengua natural, antirretórica, el recurso poético por excelencia. No en un sentido de mera imitación del lenguaje de la calle, porque la materia artística siempre tiene que ser una estilización selectiva de la realidad, pero sí en el de la depuración de cualquier excedente retórico. Creo que la poesía lírica debe hablar en el tono en que se hace una confidencia a un amigo o le declaramos nuestro amor a alguien. El de una verdad esencial y trascendente que se expresa a media voz o incluso en un susurro y que es lo contrario de dar un discurso, un sermón, una arenga o una conferencia académica.

-¿Qué temas explora con más frecuencia en su poesía? -Toda la poesía universal tiene en realidad, con infinitas variaciones, dos únicos temas: el amor y la muerte.

-¿Cuál es el premio o reconocimiento que más le ha gustado por su trabajo? -Un medio local resumió una vez un acto literario en el que participé con un titular que no era cierto: “La poesía llega a Polígono Sur de la mano de Victoria León”. No era cierto porque la poesía ya estaba allí. Está donde quiera que haya alguien que sienta el deseo de hacer vibrar esa cuerda que redime el mundo a través de la belleza y de la dignidad del ser humano en cualquier lugar y circunstancia. Pero me recuerda el día en que, al leer mis poemas en público, me hicieron sentirlos más vivos que nunca fuera de mí. Y no hay mayor honor o reconocimiento para un poeta.

-¿Qué papel juega la traducción en su escritura poética? ¿Le inspira o influye su trabajo con diferentes idiomas y culturas? -Traducir es la manera más profunda posible de leer y obliga continuamente a recorrer el camino de la creación a la recepción de la obra literaria en los dos sentidos. Por eso siempre digo que la traducción ha sido mi gran escuela como escritora. Me dediqué profesionalmente a la traducción literaria durante quince años antes de publicar mi primer libro de poemas y durante ese periodo de aprendizaje pude ir descubriéndome en los autores que he traducido, explorando mis recursos y poniéndolos a prueba.

Victoria León firmando sus libros el pasado 23 de abril, Día del Libro

-¿Qué desafíos ha enfrentado como escritora sevillana? -He sido muy afortunada. En Sevilla he podido publicar toda mi obra poética en una colección del prestigio nacional de Vandalia, de la mano de la Fundación José Manuel Lara, y también algunas de las traducciones de las que más me enorgullezco gracias a dos extraordinarias y jóvenes editoriales como Athenaica y El Paseo. Y al mismo tiempo me he sentido tratada con una enorme generosidad por muchas editoriales de Madrid como Visor, Siruela, Harper Collins, Reino de Cordelia… Y, como curiosidad, mis primeros poemas se publicaron en la mítica revista Clarín que se editaba en Oviedo.

-¿Qué consejos le daría a los aspirantes a escritores? -Les diría que todo verdadero escritor es hijo de sus lecturas críticas y de su elección de maestros por afinidad genuina. Que lo importante es que se busquen a ellos mismos a través de esos referentes con la mayor honestidad posible, sin dejarse arrastrar por modas o corrientes mayoritarias y sin ninguna prisa. La voz propia está al final de ese camino que cada cual debe recorrer a su ritmo.

Sobre su trabajo como traductora:

-¿Cómo comenzó a traducir libros? -Mis comienzos en la traducción fueron completamente azarosos. Por entonces estudiaba Filología Hispánica, me atraía la investigación, y no pensaba precisamente en esa salida profesional. Los primeros que traduje, casi sin experiencia, fueron libros sobre historia de la piratería para la editorial Renacimiento. Luego empezaron a llegar encargos literarios. Y algo queempezó siendo ocasional acabó convirtiéndose en una profesión.

-¿Qué idiomas traduce? -La mayor parte de las obras que he traducido han sido del inglés, pero he hecho a alguna pequeña incursión en el francés, como el Vathek de William Beckford y en el italiano con la poesía de Ugo Foscolo.

-¿Qué la atrae a la traducción de libros?¿Qué desafíos ha enfrentado como traductora? -La traducción fue lo que me permitió acceder muy pronto al mundo editorial, conocer por dentro el proceso de gestación de un libro, y creo que es algo delo que he aprendido mucho. Trabajos muy especiales para mí y verdaderos retos han sido, por ejemplo, El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde y la poesía de Mary Shelley.

Sobre su experiencia como mujer en la industria editorial:

-¿Cree que en España el arte y la literatura están suficientemente valorados para vivir de ello? -Mi experiencia directa se reduce a la traducción literaria y a la poesía. La traducción literaria es un servicio editorial que tradicionalmente ha sido infravalorado y precario, aunque por suerte las cosas están empezando a cambiar gracias a la nueva mentalidad de muchas editoriales. Y la poesía es un género de creación minoritario como pocos. No es imposible llegar a vivir de la conjunción de ambas cosas, pero me ha exigido años de paciencia y tenacidad, y me gustaría que fuera mucho más fácil para quien lo intente en el futuro.

-¿Qué opina sobre la Ley de Propiedad Intelectual en España y en el mundo de la poesía y literatura? -Desde mi punto de vista la gran cuestión en la actualidad sería no tanto la legislación vigente en España, que protege la propiedad intelectual desde hace décadas de una manera bastante razonable (incluidos los derechos de autor de la traducción), como la facilidad con que la ley se incumple y la falta de escrúpulos con que se explotan muchas obras sin la debida renumeración o respeto a sus autores.

-¿Cree que existe suficiente apoyo por parte de las instituciones para fomentar la creatividad? ¿Cómo se podría mejorar? -La manera primordial de fomentar la creatividad por parte de las instituciones sería devolver la formación humanística de vocación más universal (hablo de Filosofía, de Historia, de Arte, de Literatura, de Latín y Griego…) a los planes de estudio y hacer esa formación accesible a quien la busque a través de una potente red de bibliotecas públicas dotadas de los fondos adecuados. Entiendo que se trata de algo imprescindible para que esa creatividad se desarrolle en toda su capacidad y plenitud. Todos los demás esfuerzos por el fomento de la cultura, por necesarios y loables que sean, me parecerán siempre insuficientes sin ella.>>

Desde MacarenArt, una ventana hacia el arte, agradecemos su tiempo con nosotros y recomendamos su último libro, Flores de Fuego de la Editorial José Manuel Lara.